jueves, 11 de febrero de 2016

REMEMBRANZAS DE LA “ SEÑO” CELIA BARROS DE SOLANO.
Aun posee lucidez mental para leer el periódico.

Celia Barros de Solano, nació hace 99 años un 20 de noviembre del año 1916 en la ciudad de Santa Marta; sus progenitores: Eduardo Barros De la Cruz y Luisa Echeverria, tuvo nueve hermanos y es la tercera de ellos; según ella lo cuenta, es la única que ha quedado viva, siendo niña, estudió la primaria e inmediatamente hizo un curso de pedagogía en su ciudad natal, en lo que hoy nos interesa, en su carrera como docente. 
La señorita Celia Barros a la edad de 16 años.
Es de anotar que durante la primera mitad del siglo veinte, la falta de maestros era escasa, eran pocos las oportunidades de estudios pedagógicos, la seño Celia fue una de las que si tuvo oportunidad de prepararse, ella, al culminar sus estudios en la docencia, empezó a trabajar en su ciudad de origen, a los dos años, la trasladaron para el Corregimiento de Campeche, según lo comenta, a los diez días de estar allí, el señor Dimas Solano, le declara su amor y logran casarse, nuevamente en esos andares de su carrera, la trasladan para nuestro municipio Polonuevo, para quedarse hasta el día de hoy. 
Estudiantes de Campeche, un 20 de julio.

Con respecto al salario de la seño Celia era de $40 pesos mensuales, según nos comento, anoto esta cita para más detalles, “En el gobierno del presidente Alfonso Lopez Pumarejo (1934- 1938),se decretó que los maestros de escuela primaria deberían ganar un salario mínimo de $40 mensuales, se les garantiza a los maestros escalafonados estabilidad laboral y progreso profesional (Ley 2 de 1937).
La educación anteriormente se caracterizaba por no ser mixta, pues, los maestros tenían a cargo niños y las maestras niñas respectivamente, funcionaba una escuela para niñas en la casa de Don Alfonso Gutierrez, con su planta de docentes con maestras a saber : Rafaelita Ladron de Guevara , Elsa Ariza Cuentas, Carmen Bilvao y Maria Emma Crespo; la escuela para varones San Rafael, sus maestros: Edgardo Martes, Nelson Martes de la Hoz, Cesar Pedroza Pineda y la directora de estas escuelas era una maestra conocida como La Niña La O, madre del señor Victor Dominiguez, 
En cuanto a la educación de años anteriores, en las escuelas del municipio,  el horario de clases era desde las 7:00 a.m. Los recreos, a las 9:30 a.m , las meriendas de los estudiantes era un pedazo de panela que compraban con 1 Centavo que le daban sus padres, para ese tiempo hubo un señor llamado Juan Pineda, el era el aguatero de las escuelas y el municipio lo contrataba, los estudiantes comían panela y tomaban esa agua, otros en épocas de cosecha llenaban sus mochilas con mangos o guayabas, y la salida a almorzar 11:30 a.m, los estudiantes regresaban a sus clases para volver a la 1.30 p.m, hasta las 5.00 p.m, o sea era una doble jornada, vemos que la jornada única no es algo nuevo, era implementada anteriormente en el sistema educativo;con respecto al  pensum académico eran obligatorias las materias: Urbanidad (los estudiantes aprendían a sentarse, a comer, a comportarse, entre otras cosas), ortografía, Civismo; durante todo el año se tenían en cuenta los diferentes fiestas patrias. Algo muy importante, los domingos era obligatorio asistir a misa, el estudiante que faltara, era devuelto el día lunes y se le bajaba un punto en religión.
Comenta la seño Celia, que los castigos de la época eran para los estudiantes traviesos y que no se aprendían las lecciones, arrodillarse durante cierto tiempo sobre granos de maíz, que ella misma enviaba a comprar a sus estudiantes; o que ellos mismos traían de sus casas para sus mismos castigos y que ella guardaba celosamente en su pupitre. Entre risas nos comentó que los mismos padres le daban la orden de que los castigaran.
A pesar de su edad, al preguntarle a cuales alumnos recordaba, a su mente le llegaron los nombres de Rafael Paez, Jose De la Cruz Sarmiento, más conocido como el Kiki Sarmiento, Alberto Villarreal a quien ella bautizó como “Albertico Limonte” el cual era un personaje de una radio novela de la época.
La seño Celia en la ciudad de New York.

Según lo comenta el señor Jose de la Cruz Sarmiento, la seño Celia, es una persona muy querida aún, era un poco rígida, pero a la vez consentía a sus estudiantes, tan querida es que su hija Yamile Solano, dijo que algunos de sus estudiantes llegan los fines de semana ebrios a saludar a su seño Celia, pero les sugiere que vayan buenos y sanos, entre risas.

Aún posee una lucidez mental, es capaz de leer el periódico, y mantener una conversación, este año cumple 100 años de existencia. Dios la guarde y la bendiga y que no sean solo 100 años sino muchos más.


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