REMEMBRANZAS
DE LA “ SEÑO” CELIA BARROS DE SOLANO.
Aun
posee lucidez mental para leer el periódico.
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Celia
Barros de Solano, nació hace 99 años un 20 de noviembre
del año 1916 en la ciudad de Santa Marta; sus progenitores:
Eduardo Barros De la Cruz y Luisa Echeverria, tuvo nueve hermanos y
es la tercera de ellos; según ella lo cuenta, es la única que
ha quedado viva, siendo niña, estudió la primaria e
inmediatamente hizo un curso de pedagogía en su ciudad
natal, en lo que hoy nos interesa, en su carrera como docente.
La
señorita Celia Barros a la edad de 16 años.
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Es
de anotar que durante la primera mitad del siglo veinte, la falta de
maestros era escasa, eran pocos las oportunidades de
estudios pedagógicos, la seño Celia fue una de las que si tuvo
oportunidad de prepararse, ella, al culminar sus
estudios en la docencia, empezó a trabajar en su ciudad
de origen, a los dos años, la trasladaron para el Corregimiento
de Campeche, según lo comenta, a los diez días de
estar allí, el señor Dimas Solano, le declara su amor y logran
casarse, nuevamente en esos andares de su carrera, la trasladan para
nuestro municipio Polonuevo, para quedarse hasta el día de
hoy.
Estudiantes
de Campeche, un 20 de julio.
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Con
respecto al salario de la seño Celia era de $40 pesos mensuales,
según nos comento, anoto esta cita para más detalles, “En el
gobierno del presidente Alfonso Lopez Pumarejo (1934- 1938),se decretó que los maestros de escuela primaria deberían ganar un
salario mínimo de $40 mensuales, se les garantiza a los maestros
escalafonados estabilidad laboral y progreso profesional (Ley 2 de 1937).
La educación anteriormente
se caracterizaba por no ser mixta, pues, los maestros tenían a
cargo niños y las maestras niñas respectivamente, funcionaba
una escuela para niñas en la casa de Don Alfonso Gutierrez, con
su planta de docentes con maestras a saber : Rafaelita Ladron de
Guevara , Elsa Ariza Cuentas, Carmen Bilvao y Maria Emma Crespo; la
escuela para varones San Rafael, sus maestros: Edgardo Martes, Nelson
Martes de la Hoz, Cesar Pedroza Pineda y la directora de estas
escuelas era una maestra conocida como La Niña La O, madre del señor
Victor Dominiguez,
En cuanto a la educación de años anteriores, en las escuelas del municipio, el horario de clases era desde las 7:00 a.m. Los
recreos, a las 9:30 a.m , las meriendas de los estudiantes era un
pedazo de panela que compraban con 1 Centavo que le daban sus padres,
para ese tiempo hubo un señor llamado Juan Pineda, el era el
aguatero de las escuelas y el municipio lo contrataba, los
estudiantes comían panela y tomaban esa agua, otros
en épocas de cosecha llenaban sus mochilas con
mangos o guayabas, y la salida a almorzar 11:30 a.m, los estudiantes
regresaban a sus clases para volver a la 1.30 p.m, hasta las 5.00
p.m, o sea era una doble jornada, vemos que la jornada única no
es algo nuevo, era implementada anteriormente en el
sistema educativo;con respecto al pensum académico eran
obligatorias las materias: Urbanidad (los estudiantes aprendían a
sentarse, a comer, a comportarse, entre otras cosas), ortografía,
Civismo; durante todo el año se tenían en
cuenta los diferentes fiestas patrias. Algo muy importante,
los domingos era obligatorio asistir a misa, el estudiante que
faltara, era devuelto el día lunes y se le bajaba un
punto en religión.
Comenta
la seño Celia, que los castigos de la época eran para los
estudiantes traviesos y que no se aprendían las
lecciones, arrodillarse durante cierto tiempo sobre granos de maíz,
que ella misma enviaba a comprar a sus estudiantes; o que ellos
mismos traían de sus casas para sus mismos castigos y que
ella guardaba celosamente en su pupitre. Entre risas nos comentó que
los mismos padres le daban la orden de que los castigaran.
A
pesar de su edad, al preguntarle a cuales alumnos recordaba, a su
mente le llegaron los nombres de Rafael Paez, Jose De la Cruz
Sarmiento, más conocido como el Kiki Sarmiento, Alberto Villarreal a
quien ella bautizó como “Albertico Limonte” el cual era un
personaje de una radio novela de la época.
La
seño Celia en la ciudad de New York.
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Según
lo comenta el señor Jose de la Cruz Sarmiento, la seño Celia, es
una persona muy querida aún, era un poco rígida, pero a la
vez consentía a sus estudiantes, tan querida es que su
hija Yamile Solano, dijo que algunos de sus estudiantes
llegan los fines de semana ebrios a saludar a su seño Celia, pero
les sugiere que vayan buenos y sanos, entre risas.
Aún posee una lucidez mental, es capaz de leer el periódico, y
mantener una conversación, este año cumple 100 años de
existencia. Dios la guarde y la bendiga y que no sean solo 100 años
sino muchos más.
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